La teoría de la democracia de Sartori (2009), le asigna a la democracia una primacía política
superlativa, claro está si se entiende la política como un espacio direccional creado para
administrar recursos, gestionar conflictos y organizar y proteger comunidades. Desde esta
perspectiva Sartori no oculta su inclinación eurocéntrica al afirmar que la civilización occidental
ostenta dos liderazgos por sobre las otras civilizaciones contemporáneas: a) el liderazgo
científico técnico que recrea la naturaleza y fortalece la cultura y; b) la primacía ético-política
para la construcción de la ciudad-libre como área básica de convivencia, en un clima que
intenta dignificar a la persona humana y auspiciar su libertad en el sentido moderno del
concepto.
Definitivamente, los estudios de Sartori sobre la democracia clásica (Sartori, 1988a) y
moderna (Sartori,1993) abordan a profundidad la cuestión del poder y de los actores como
sujetos políticos que conforman este sistema y; de los factores, esto es, las circunstancias
históricas en las que se desarrolla el ejercicio del poder, de forma magistral. En el primer caso,
se explica que:
La democracia antigua se concebía como una relación inherente, simbiótica con la polis. Y la
polis griega no constituía en modo alguno la ciudad-estado como acostumbramos a llamarla
–porque no era de ninguna forma un “Estado”. La polis eras una ciudad comunidad, una
Koinonía. Tucídides los dijo en tres palabras: andrés gar polis (son los hombres los que son
la polis). Es muy revelador que politeía significara a la vez ciudadano y la (estructura) forma
de la polis. Así, pues, cuando hablamos del sistema griego como si fuera un Estado
democrático cometemos una incorrección terminología y conceptual. (Sartori, 1988a, p. 344)
En la visión actual, la polis griega no sería para nosotros un ordenamiento democrático
propiamente dicho en el sentido de que de que no existía en ese momento límites entre los
espacios públicos y la vida privada de personas y familias. Los órganos de gobierno colectivo
de la polis regulan por igual lo público y lo privado, de hecho, en este punto conviene aclara
que la distinción entre ambas esferas es producto de la concepción moderna de la libertad
(Constant5, 2018).
Por su parte, Sartori (1993) describe objetivamente los cambios que hacen de la democracia
moderna un sistema político diferente al clásico, aunque siga definiéndose al menos
nominalmente de la misma forma como gobierno del pueblo o poder del pueblo. En el contexto
moderno, la cuestión del poder se aborda de forma diferente por muchas razones que conviene
mencionar: primero, la ampliación social de la ciudadanía a cada vez más sectores; segundo, la
idea de una libertad sustancial a la persona humana que le permite desarrollar un proyecto de
vida sin la intromisión del estado y; tercero, la existencia de un Estado constitucional de
derecho que divide y limita el poder político: “El Estado democrático –si lo designamos
5 Este ilustre pensador decimonónico francés en su Discurso sobre la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos,
señala que la libertada de los antiguos y de los modernos no tiene punto de comparación. Para los segundos, la libertad significa:
“…para cada uno el derecho de dar su opinión, de escoger su industria y de ejercerla; de disponer de su propiedad, de abusar de
ella incluso; de ir de venir, sin requerir permiso y sin dar cuenta de sus motivos o de sus gestiones. Para cada uno es el derecho de
reunirse con otros individuos, sea para dialogar sobre sus intereses, sea para profesar el culto que los sus asociados prefieren…”
Por el contrario, para los antiguos griegos la libertad: “…consistía en ejercer colectiva pero directamente varios aspectos incluidos
en la soberanía: deliberar en la plaza pública sobre la guerra y la paz, celebrar alianzas con los extranjeros, votar las leyes,
pronunciar sentencias, controlar la gestión de los magistrados, hacerles comparecer delante de todo el pueblo… los antiguos
llamaban libertad a todo esto, además admitían como compatible con toda esta libertad colectiva, la sujeción completa del individuo
a la autoridad del conjunto” (Constant, 2018, p. 194).
P rincipales implicaciones políticas, ideológicas y epistemológicas de la teoría de la democracia de Giovanni Sartori. Vol. 1 Num. 1
(2021) Páginas 44-58.