MULTIVERSO JOURNAL | ISSN: 2792-3681
Volumen 4, Número 7, Edición Julio-diciembre de 2024
https://doi.org/10.46502/issn.2792-3681/2024.7.9
Cómo citar:
Brito-Paredes, M.P., & Rodríguez-Chiles, F.E. (2024). Síntesis histórica de la evolución de la economía del Cantón Santa Rosa, El Oro – Ecuador. Multiverso Journal, 4(7), 88-107. https://doi.org/10.46502/issn.2792-3681/2024.7.9
Historical synthesis of the evolution of the economy of Santa Rosa Canton, El Oro – Ecuador
Marlon Patricio Brito-Paredes
Economista. Magíster en Administración y Planeamiento Educativo por la Universidad Técnica de Machala – Ecuador. Docente titular en la Universidad Técnica de Machala (1988-2021). Investigador independiente.
https://orcid.org/0000-0001-7042-5547. Email: patricio_bp@hotmail.com
Fulton Enrique Rodríguez-Chiles
Sociólogo. Magíster en Administración y Planeamiento Educativo por la Universidad Técnica de Machala – Ecuador. Docente titular en la Universidad Técnica de Machala (1985-2015). Investigador independiente.
https://orcid.org/0009-0008-7469-4064. Email: ferch-51@hotmail.com
Recibido el 14/07/2024 - Aceptado el 14/08/2024
Resumen
La importancia económica y demográfica del Cantón Santa Rosa en el contexto de la Provincia de El Oro y del país, se debe –entre otras razones– a la articulación de su territorio con la estructura económica del Ecuador y las relaciones propias del mercado internacional. Al respecto, la economía del Cantón Santa Rosa ha evolucionado en la medida en que se ha insertado al resto del país, siguiendo las matrices del comercio global y su vinculación con el esquema de división internacional del trabajo. Así, en este ensayo, se pretende identificar los distintos momentos de la economía del cantón referido, considerando que los procesos históricos que lo determinan se constituyen –en definitiva– como un continuo cambio. Son esas transformaciones las que progresivamente construyen nuevas caracterizaciones para establecer diferencias entre los diversos momentos de esa evolución económica, donde un producto o actividad económica pasa a definir la denominación del espacio económico coyuntural. En ese orden de ideas, se presenta una periodización histórica de la economía del Cantón Santa Rosa, a partir de los primeros años de la República del Ecuador hasta el año 2020. Este recorrido diacrónico nos permite comprender los rasgos de la economía y su proceso evolutivo, derivándose de allí la caracterización de la coyuntura actual.
Palabras claves: síntesis histórica, evolución económica, Cantón Santa Rosa, Provincia El Oro, historia local.
Abstract
The economic and demographic importance of Canton Santa Rosa in the context of the Province of El Oro and the country, is due - among other reasons - to the articulation of its territory with the economic structure of Ecuador and the relations of the international market. In this regard, the economy of Santa Rosa has evolved to the extent that it has been inserted into the rest of the country, following the matrices of global trade and its linkage with the scheme of international division of labor. Thus, in this essay, we intend to identify the different moments of the economy of the canton, considering that the historical processes that determine it are constituted -in short-as a continuous change. It is these transformations that progressively build new characterizations to establish differences between the different moments of this economic evolution, where a product or economic activity comes to define the denomination of the economic conjunctural space. In this order of ideas, a historical periodization of the economy of Canton Santa Rosa is presented, starting from the first years of the Republic of Ecuador until the year 2020. This diachronic journey allows us to understand the traits of the economy and its evolutionary process, deriving from there the characterization of the current situation.
Keywords: historical synthesis, economic evolution, Santa Rosa Canton, El Oro Province, local history.
Introducción
Tal como se encuentra reseñado en Geodatos.net (2024), el Cantón Santa Rosa forma parte de los 14 cantones integrantes de la Provincia de El Oro, zona geográfica localizada en la parte sur de la República de Ecuador, limítrofe con Perú y ribereña con el Océano Pacífico. Siendo así, desde el punto de vista espacial, la cabecera cantonal: presenta como coordenadas geográficas: latitud –3.44882 y longitud –79.95952.
Con el transcurrir del tiempo, el cantón se ha constituido en un centro de desarrollo económico-productivo y social, de significativo aporte a la conformación del Valor Agregado Bruto (VAB) y el Producto Interno Bruto (PIB), tanto de la Provincia de El Oro como del país, impulsando el bienestar de la población vinculada a sus actividades esenciales. Lo fundamental de su economía se encuentra en el sector primario, cuya producción agrícola y acuícola está orientada, en buena medida, a la satisfacción de la demanda internacional proveniente del mercado mundial de alimentos; y, en menor medida, a la cobertura de la demanda local, provincial y regional, coadyuvando de manera significativa a la seguridad alimentaria de la región sur del país.
Esa dinámica económica del cantón, en el contexto económico-productivo de la Provincia de El Oro, vista al trasluz de la economía nacional, resulta interesante porque eleva su atractivo para la permanencia de la población que habita en él actualmente y le convierte en un destino apetecible para los diferentes flujos migratorios que se dan al interno del país. Entendido de esa forma, está claro que, los cambios que se dan en la economía y la producción del Cantón Santa Rosa están en relación directa, con las transformaciones que ocurren en el sistema de relaciones de las bases productivas.
Desde la perspectiva de este ensayo, se considera que la matriz productiva de la Provincia de El Oro y –por ende, de Santa Rosa– está directamente relacionada a la inserción del país al espectro de la economía mundial. Siendo así, se evidencia un proceso gradual de integración de la economía del cantón y la provincia al mercado nacional e internacional, con el consecuente cambio en el tejido de relaciones económicas, social y político, que históricamente se han ido consolidando y transformando.
Ahora bien, no cabe duda de que el desarrollo del capitalismo y su fortalecimiento como modelo económico repercute decisivamente en el contexto ecuatoriano, impactando a su vez, las dinámicas de los espacios locales, tanto en lo que respecta a las relaciones productivas, como en lo que se refiere al establecimiento de redes de negocios más complejos. En tal sentido, se advierte cómo la economía de Santa Rosa, por su integración funcional a ese sistema de relaciones, ha evolucionado con dinamismo sostenido. Esto implica que el cantón ha pasado por las distintas etapas que la economía nacional ha tenido, respondiendo –en gran medida– tanto al hecho de la potencialidad de sus recursos naturales, como a su privilegiada ubicación geográfica en el espacio provincial y nacional.
En ese ámbito de reflexión, se considera que el actual desarrollo económico del Cantón Santa Rosa se dinamiza y consolida a partir de la segunda mitad del siglo XIX, con la incorporación de sus territorios y población al modelo agroexportador y, con ello, el inicio de una producción agrícola determinada por la coyuntura de la demanda internacional, generada desde el manejo monopólico del mercado mundial. Igualmente, se puede afirmar que el legado de experiencias de los pueblos aborígenes asentados en su contexto geográfico con sus embrionarias actividades económicas y productivas se refleja en las bases de su identidad sociocultural y actual desarrollo. De ahí que la recuperación de la memoria histórica de estos pueblos sea una tarea, no solo cultural, sino económica y productiva.
Es por ello por lo que se ha considerado conveniente, en aras de una adecuada interpretación de los procesos económicos experimentados por el cantón, la recuperación y análisis de ciertos aspectos o hechos relevantes suscitados en tres grandes escenarios históricos que revelan características y particularidades propias de formaciones económicas y sociales específicas. Dichos acontecimientos históricos tendrían serias repercusiones en la vida económica, política y sociocultural de los habitantes de la época y en las futuras generaciones.
Escenario histórico prehispánico
Los estudios arqueológicos del periodo formativo realizados en la costa ecuatoriana por Emilio Estrada, Clifford Evans y Betty Meggers (1957 a 1961) y las posteriores investigaciones ejecutadas por el arqueólogo estadounidense John Staller, en la década de 1990, en el sitio La Emerenciana, determinarían la presencia en territorios continentales e insulares del Archipiélago de Jambelí, primero de la Cultura Valdivia (3800 A.C.-1500 A.C.); y, posteriormente, en las Culturas Machalilla, Jambelí y Milagro (Murillo, 2007). En este periodo de formación temprano en territorios de la actual Provincia de El Oro y del Cantón Santa Rosa coexistieron varios pueblos ancestrales, entre ellos, Chimús, Puneños, Cañaris, Chonos, Paltas y Tumbesinos, un conjunto de: “Señoríos, cacicazgos y estados primitivos establecidos en una zona se superposición, intercambio y disputa” (Astudillo, 2022, p. 37).
De acuerdo con el mismo Astudillo (2009), ya en el periodo de Desarrollo Regional, en los actuales territorios de la Costa Orense tomó posesión, casi exclusiva la cultura Jambelí, misma que habría alcanzado conexiones comerciales y culturales con pueblos del norte del Perú, de la isla Puná y Península de Santa Elena. La influencia social y cultural de las tribus de los Chonos, Chimús, Tumbesinos y Puneños en el contexto geográfico del actual Cantón Santa Rosa perduraría hasta el siglo XV, declinando tras la conquista incásica (1463-1471); un periodo corto, pero de significativa influencia económica y sociocultural. Algunos historiadores locales señalan la presencia en las proximidades del río Santa Rosa de asentamientos humanos pertenecientes a la tribu de los Póceos o Poseos: “Un pequeño estado indígena primitivo ligado a puneños y tumbesinos quienes interactuaban con las tribus de las pacchas que dominaban las tierras altas” (Brito & Zambrano, 2023, p. 125).
Escenario histórico colonial
El proceso de expansión y sometimiento de los actuales territorios de Ecuador por parte de los conquistadores españoles se daría entre 1531-1533, luego de lo cual se implementaría una larga etapa colonial que concluiría con la independencia de 1822. Este periodo está caracterizado por las fundaciones de varias ciudades a nivel nacional como fueron Quito, (1534), Riobamba (1534), Guayaquil (1535) y Cuenca (1557), pero también por el: “Sojuzgamiento, la propagación de enfermedades, el establecimiento de mecanismos de explotación y la persecución a la cultura indígena” (Ayala, 2008, p. 14).
De acuerdo con Ayala (2008), los españoles centrarían su atención en tierras sureñas adentrándose en las zonas de Tumbes y Cajamarca donde logran capturar y ejecutar al jefe inca Atahualpa y con ello someter al imperio incásico. Posiblemente, la presencia de oro en las aguas del río Tumbes sumada los relatos de la existencia de importantes yacimientos auríferos en las altas tierras orenses, hicieron que los españoles llegaran al sitio Curipamba (Portovelo), asentándose en el caserío cercano denominado Sara Huma, lugar en el cual fundarían la ciudad de Zaruma (1549). El oro proveniente de Zaruma sería en un comienzo trasladado por caminos indianos hacia el puerto de Tumbes y de ahí hacia España.
Pero esta ruta era demasiado larga y dificultosa razón por la que los españoles buscarían alternativas en costas más cercanas, identificando un río caudaloso y navegable al que denominaron Cao, apropiado para el acoderamiento y zarpado de sus grandes embarcaciones. Es así como se crea el Puerto de Jambelí, ubicado en el sitio Poza Honda, en la conjunción de los actuales ríos Santa Rosa y Buenavista, de fácil acceso al mar (Carrillo, 2023a). El puerto posibilitaría un apreciable desarrollo comercial regional, convirtiéndose durante casi tres siglos en un centro de concentración y enlace poblacional entre las tierras altas y bajas de la región sur del país.
No ocurriría lo mismo con la fundación de Santa Rosa, ciudad a la que los historiadores le atribuyen una doble creación por parte de nativos paccheños. La primera, en el año 1600 en las riberas del río, cerca al sitio El Conchal (actual sitio Conchales); y, la segunda, acontecida en el año 1617 junto al río donde se levanta la actual ciudad (Avilés, 2024). Si bien es cierto, este asentamiento poblacional era conocido como Puerto de Jambelí, sus habitantes hacia finales del siglo XVII empezarían a denominar al pueblo como Santa Rosa, una imposición religioso-católica relacionada a la virtuosa peruana Isabel Flores de Oliva quien falleciera en 1617, beatificada en 1668 y canonizada como Santa Rosa de Lima en 1671 (Diario Correo, 2021).
Escenario histórico republicano
Ecuador fue creado como República independiente el 13 de mayo de 1830 en un ambiente caracterizado por la inestabilidad política, social y administrativa y una marcada pugna de intereses de grupos terratenientes criollos, la corona española y la resistencia indígena, pero que en todo caso tendría un profundo significado histórico ya que implicaría la destrucción del estatuto colonial, abriendo un proceso de modificaciones en la estructura socioeconómica con respecto a la colonia cuyas ramificaciones atravesaron la totalidad de la formación social durante más de tres siglos (Quintero & Silva, 1991).
Santa Rosa sufriría, antes y después de la creación de la República, este periodo de inestabilidad. “El 25 de junio de 1824 el Congreso de la Gran Colombia aprobó una Ley de División Territorial que estableció la estructura cantonal como base de la administración política del país” (Cabrera, 2021, p. 12). Así fueron creados los cantones Machala (como parte de la provincia de Guayaquil) y Zaruma (adscrito a la provincia de Loja). Santa Rosa de manera alternativa formaría parte de estos dos cantones. Para 1824 Santa Rosa fue parte de Zaruma; 1828 parte de Machala y de Guayaquil; 1833 vuelve a ser parte de Zaruma; hacia 1855 en calidad de parroquia vuelve a ser parte de Guayaquil; y, finalmente, en 1858 regresa a formar parte de Zaruma y de Loja.
En ese orden de ideas, el 15 de octubre de 1859 el Gobierno Federal de Loja, en un escenario de beligerancia política y social precedida por una guerra civil (1859-1861) y la invasión peruana (1858), crea el Cantón Jambelí con su cabecera, la ciudad de Santa Rosa. Esta disposición sería anulada y vuelve Santa Rosa a ser parte de Machala. En 1877, los santarroseños planteaban como aspiración la creación de la Provincia de Jambelí integrada por los cantones Santa Rosa (capital), Machala y Zaruma.
En 1878, en el Gobierno de Ignacio de Veintemilla, Santa Rosa recupera su categoría de cantón adscrita a Guayaquil. El 29 de noviembre de 1882 en Zaruma se declara la primera creación de la Provincia de El Oro conformada por los cantones Zaruma (capital) Machala y Santa Rosa, hecho que no sería reconocido legalmente. El 23 de abril de 1884 mediante decreto Legislativo de la Convención Nacional es creada oficialmente la Provincia de El Oro con sus cantones Machala (capital), Santa Rosa y Zaruma (GAD Municipal del cantón Santa Rosa, 2024).
A lo largo de la ribera del río Santa Rosa, también conocido como carne amarga, históricamente se generarían asentamientos humanos con pequeños puertos artesanales y embarcaciones rudimentarias. Ya en la época republicana, hacia finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, alcanzaría importancia socioeconómica Puerto Pital, puerto fluvial al que llegarían las primeras motonaves que facilitaron el transporte comercial y de pasajeros con destino a Guayaquil. La acumulación de sedimentos obligaría a trasladar el puerto aguas abajo, primero al sitio La Manucha, luego al sitio La Emerenciana y, finalmente, a Puerto Jelí, cuyo esplendor como centro comercial y de transporte marítimo sería entre 1950 y 1970 (Carrillo, 2023b).
Sin embargo, el acopio sedimentario, el funcionamiento del ferrocarril y la construcción de red de carreteras diezmarían la importancia de los tradicionales puertos fluviales de Santa Rosa. En 1941, en el marco del conflicto bélico Ecuador-Perú, la ciudad de Santa Rosa sería bombardeada y ocupada. El 15 de octubre de 1959 Santa Rosa recibe del Gobierno de Camilo Ponce Enríquez, la declaración de Ciudad Benemérita.
Desde estos escenarios históricos empieza a gestarse la orientación del perfil económico-productivo del cantón, mismo que se ha visto modificado según cada escenario histórico concreto y que han determinado hasta ahora la vigencia en importancia económica de ciertos productos. Es así como se identifican tres grandes fases en la evolución histórica de la economía del cantón:
Para la descripción de estos temas, se recurrió al método bibliográfico de investigación que posibilitó la interpretación hermenéutica de varias fuentes y textos confiables, a testimonios de personas conocedoras del aspecto tratado; y, también a la recuperación de apuntes de conferencias y charlas originadas a lo largo de la experiencia académica docente de los autores de esta investigación.
Fase ancestral y colonial de la economía local y regional
Esta fase tiene como antecedentes las actividades económicas y sus dinámicas desarrolladas en territorios de lo que hoy es el Cantón Santa Rosa y su contexto geográfico próximo, divididas en dos subfases históricas concretas que develan sus particulares formaciones económicas y sociales.
La economía en el periodo prehispánico
Los primeros pobladores asentados en territorios de la costa sur ecuatoriana, con armas e instrumentos rudimentarios, encontrarían en la caza, pesca y recolección de frutos, de crustáceos y moluscos, su forma de sobrevivencia colectiva. Las hordas primitivas imperantes: “Eran organizaciones sociales incipientes, de limitado grado de desarrollo de las fuerzas materiales y de reparto igualitario de la producción” (Mejía, 1991, p. 73). A todas luces se trata de una etapa aborigen primaria identificada por algunos historiadores como periodo precerámico, una formación económica y social caracterizada por la vigencia del modo de producción de la comunidad primitiva.
El advenimiento de una etapa superior del periodo aborigen, caracterizada por la creación de la agricultura, la domesticación de animales y el progresivo mejoramiento de las fuerzas materiales, posibilitaría el surgimiento y consolidación de sociedades primitivas estables, de mayor extensión y dominio territorial, con sistemas productivos de autoabastecimiento:
La base económica de estos pueblos sigue siendo la agricultura, de la que obtienen los elementos necesarios para su subsistencia. La economía en esta nueva fase de la sociedad continúa siendo una economía natural, en la que únicamente se producen valores de uso destinados al consumo de los mismos productores (Mejía, 1991, p. 27).
La conversión de los grupos aborígenes nómadas en sedentarios conllevaría a un fortalecimiento de las formas de producción y de organización social, pero que bajo ningún concepto implicaría una ruptura en el modo de producción y en las relaciones sociales de producción, que seguirían siendo propios de la “comunidad primitiva”, puesto que la tierra, los instrumentos, el trabajo y la producción misma, seguirían asumiendo carácter colectivo.
Respecto a este extenso periodo aborigen de la historia ecuatoriana, cabe puntualizar la existencia de dos interpretaciones. La primera, generada desde una visión historiográfica moderna que identifica esta etapa como periodo agro-alfarero en el cual se desarrolla un sucesivo dominio de las culturas Valdivia, Machalilla y Chorrera. La segunda, generada desde la clásica apreciación arqueológica de Estrada, Evans y Meggers, quienes lo denominan periodo formativo, subdivido en formativo temprano (4400 A.C.-1450 A.C., con predominio de la Cultura Valdivia); formativo medio (1430 A.C.-830 A.C., con predominio de la Cultura Machalilla) y formativo tardío (1300 A.C.- 500 A.C., con predominio de la Cultura Chorrera).
Sería en el periodo de desarrollo regional (500 A.C.-500 D.C.) donde las distintas culturas dominantes (Jambelí, Guangala, Bahía, La Tolita, Jama-Coaque), con mayor organización social y mejor desarrollo de las fuerzas productivas, toman posesión de extensos territorios naturales regionales y subregionales bien definidos, en especial a lo largo de la costa ecuatoriana, desarrollando fuertes vínculos culturales y comerciales intrarregionales. La cultura Jambelí sería en este periodo la organización social dominante en los actuales territorios de la costa orense, constituyéndose como origen de su identidad sociocultural. En la línea de tiempo de la historia ecuatoriana aparece el periodo de integración (500 A.C.-1500 D.C.) en el que sobresalen como organizaciones sociales las culturas Milagro, Manteña y Huancavilca.
La invasión y ocupación incásica a territorios de –lo que hoy es Ecuador– (1460 D.C.-1532 D.C.), cronológicamente es un periodo corto de dominio “extranjero” ejercitado desde un gobierno incario o una forma embrionaria de Estado incásico. Esta fase estaría caracterizada por la imposición de mecanismos de sometimiento y explotación, por la vigencia de nuevas formas o variantes de organización social, en el reparto de la tierra (el principal medio de producción) y en la distribución de la producción.
En el plano nominal, el insipiente Estado incásico aparecía como el propietario absoluto de la tierra y de la producción, los jerarcas incas, constituidos como clase social dominante, repartirían la tierra por familias y comunidades para su cultivo e incautaba parte de la producción. En la práctica, este nuevo sistema organizacional con sus peculiares características, no significaría una modificación sustancial en el modo de producción comunitario, puesto que los nativos seguirían en posición de sus tierras, el trabajo seguía colaborativo y disponían de la producción agrícola básica necesaria para la sobrevivencia sociofamiliar.
El perfeccionamiento de instrumentos de trabajo incrementaría la producción proveniente de la agricultura, fortalecida tras las innovaciones de especies y de técnicas: algunas propias por evolución natural y otras asimiladas tras la invasión incásica, situación que conllevaría a la generación de un fluido intercambio comercial regional, subregional y microregional. Es así como los pueblos, tribus o señoríos que convivieron en la zona territorial de Jambelí (Chimús, Puneños, Chonos, Tumbesinos, sumados a las tribus de los Póceos afincados en orillas del río Santa Rosa), establecen relaciones comerciales y socioculturales con otras comunidades aledañas afincadas en el altiplano, en especial con paccheños que se consideran una ramificación de los Cañaris y con zarumas y guishaguiñas, quienes son ramificación de los Paltas.
En la microregión costera sobresalió el cultivo agrícola de: “Maíz, calabaza, fréjol, maní, ají, algodón, yuca, camote, tomate y tabaco; el cacao primero silvestre y luego cultivado, además de los árboles útiles” (Astudillo & Mora, 2003, p. 14), cuya producción servía tanto para el autoconsumo, cuanto para el intercambio con productos originarios de la microregión serraniega (legumbres, hortalizas y tubérculos, en especial la papa, sumados a las pieles de animales), principalmente provenientes de los actuales territorios de Paccha y Guanazán. Dos productos demandados desde las tierras altas serían el pescado y la sal.
La economía en el periodo colonial
Luego de someter a los punáes, los invasores españoles avanzarían por costas orenses encontrando pequeños asentamientos humanos que no representaron ninguna resistencia ni tampoco garantizaban la obtención de metales preciosos, adentrándose en tierras peruanas donde sometieron a los tumbesinos, llegando hasta Cajamarca, sitio en donde emboscarían y ejecutarían a Atahualpa en 1533, hecho histórico que significaría la caída del Imperio Tahuantinsuyo (Bueno, 2022).
Al conocer relatos de la existencia de importantes yacimientos de oro en la microregión serraniega orense, los españoles emprenderían travesía por viejos caminos indianos, utilizados ancestralmente como rutas comerciales entre las tribus de los zarumas, paccheños y tumbesinos. Al constatar la riqueza aurífera del lugar, que ya había venido siendo explotada por nativos indígenas e incas, toman posesión de las tierras fundando el Asentamiento de minas de Zaruma en 1549, que luego sería ascendido a la categoría de Villa Real de Zaruma en 1595.
Es así como se desarrollaría una economía de base primaria sustentada en el extractivismo minero y el trabajo forzado del indigenado. En la explotación del oro de las minas y en la recuperación del metal en las moliendas de cuarzo los españoles utilizarían primero mano de obra indígena, a quienes pagarían una forma elemental de salario, y en menor cuantía a negros que fueran llevados como esclavos al enclave minero: “España estructuraría un complejo político-económico centrado en la producción-exportación de metales preciosos que sentaría las bases de la acumulación originaria de capital” (Jacome, 1974, p. 53). Así mismo, se implementó un complicado sistema tributario, de férreos mecanismos administrativos de supervisión, control y recaudación, de tal forma que garantizaran el cabal cumplimiento del pago del quinto real destinado a engrosar las arcas de la corona española.
De las instituciones económicas coloniales que funcionarían en los siglos XVI y XVII, sería la mita minera, es decir, trabajo indígena obligatorio en la construcción de obras públicas, el mecanismo de explotación y sojuzgamiento de los aborígenes más utilizado en el distrito de Zaruma: “El objetivo de la mita minera fue garantizar la mano de obra barata y fija para el desarrollo de la actividad a cambio de un pago ínfimo que no sufragaba ni siquiera las necesidades básicas de los mitayos” (Rendón, 2020, p. 168). El complejo político-económico del coloniaje español se vería complementado con el accionar de otra institución poderosa, la Iglesia Católica, encargada del adoctrinamiento religioso del indigenado.
En este periodo parecería que se entrelazan varias formas de producción, algunas en decadencia, como el esclavismo de negros; y, otras, como la servidumbre indígena en latifundios y el pago salarial a los indígenas quienes no eran considerados esclavos, sino súbditos de la corona. “Una perspectiva dialéctica explicaría la existencia de una realidad social dinámica, de conjugación de distintas relaciones sociales de producción, de una FES producto de la imbricación a diversas instancias, de varios modos de producción, siendo uno de ellos el hegemónico” (Velasco, 1991, p. 70).
En ese orden de ideas, las decisiones emanadas desde la monarquía absolutista sería señal inequívoca de la vigencia de ideas económicas y políticas propias del mercantilismo que sostenía que: “La acumulación de metales preciosos era la base de la riqueza de las naciones, por lo que debía buscarse la expansión económica a partir del fomento del comercio exterior y de la obtención de una balanza comercial favorable” (Martínes & Ludlow, 2007, p. 192).
En contraste con lo que ocurría en la micro región serraniega, en la zona costera de Jambelí, en la época baja del colonialismo español, seguiría prevaleciendo como actividad económica fundamental la agricultura, mejorada con la introducción incásica de nuevas formas y técnicas de producción, a la que se sumaba la caza y la pesca, también mejoradas por el uso de nuevos instrumentos materiales. La introducción de nuevas especies de animales domesticados en tierras altas, tanto para el consumo de su carne y uso de sus pieles (ganado vacuno, ovino, porcino, caprino, aves de corral), cuanto para el transporte de carga (caballos, mulas, asnos), pronto se extendería a las tierras bajas, incrementando la producción para el consumo local y un excedente para el intercambio comercial con mejores condiciones de transporte.
Los viejos caminos indianos que conectaban Zaruma, Paccha, Birón, Caluguro y Santa Rosa, alcanzaría mayor dinamismo comercial cuando los españoles –al recorrer esta ruta– encontrarían en la zona de Jambelí un río caudaloso cercano a su desembocadura al mar, con pequeños atracaderos fluviales y de un potencial enorme para la construcción o mejoramiento de un atracadero mayor en Poza Honda (confluencia de los ríos Buenavista y Santa Rosa), propicio para el arribo de sus carabelas y galeones y ejecución de actividades de embarque y desembarque de personas y materiales, pero –lo más importante para los conquistadores– era el embarque del oro de Zaruma hacia España.
Es así como a finales del siglo XVI entra en funcionamiento el Puerto de Jambelí, que se convertiría en el principal puerto fluvial comercial de la faja costera sureña del país; y, Santa Rosa, en el centro de desarrollo del comercio regional e intrarregional. Esta circunstancia histórica es la que determina que las instalaciones que constituían el antiguo puerto de Jambelí se convirtieran –como consecuencia de su ubicación y su rol– en la plataforma para el traslado del oro de Zaruma hacia España, y una entrada cultural de los valores de los colonizadores (Poma, 2004).
Ahora bien, para la explotación aurífera en la zona minera de Zaruma se requería cantidades importantes de indígenas que eran recolectados a través del funcionamiento de los Repartimientos y Mitas mineras. Sin embargo, la proliferación de enfermedades y la pobre alimentación generarían elevados niveles de mortalidad entre los trabajadores que redujo la fuerza laboral, teniendo que recurrir los españoles al reclutamiento de personal en regiones y lugares cercanos. Es así como miembros de las comunidades de la microregión de Jambelí fueron trasladados a las tierras mineras altas, rompiendo el equilibrio demográfico y desbastando amplios sectores poblacionales nativos.
En el proceso histórico que implica esta dinámica, cuando el esplendor de la explotación aurífera en la zona de Zaruma empieza a decaer, la corona española: “Prohibirá el traslado de indígenas a las explotaciones mineras de Zaruma, cambiando su modelo de desarrollo priorizando la implementación de la encomienda agrícola, como una manera de recuperar el crecimiento poblacional y la obtención de la renta de la tierra” (Astudillo, 2022, p. 42).
De hecho, el mejoramiento y ampliación de los cultivos agrícolas tradicionales, tanto en la microregión costera como en la serraniega, sumado a la inclusión de nuevos productos agrícolas y pecuarios, cambiarían la producción y el consumo. “El trigo, la cebada, la caña de azúcar, los frutales, el arroz, se difundieron ampliamente, porque los encomenderos exigieron su producción, a modo de tributo. La diversificación de cultivos y la crianza de nuevos rebaños consolidó la propiedad latifundista” (Astudillo & Mora, 2003, p. 47).
Pero serían las tierras de Machala, incorporadas al desarrollo agrícola latifundista, las que experimentarían la mayor transformación del sector primario de la economía, al sumarse a la producción masiva de cacao con fines de exportación vía puerto de Guayaquil. Los cultivos de cacao luego se extenderían a otros territorios orenses, entre ellos, Santa Rosa, iniciándose un nuevo momento en la historia económica de la provincia de El Oro.
Fase agrícola orientada a la exportación (periodo republicano)
Este periodo comprende a su vez dos facetas: la etapa primaria de economía doméstica que abarca desde las primeras décadas de la era republicana hasta el año 1950. Y la etapa agrícola orientada a la agroexportación en la cual se consolida el modelo agroexportador.
Etapa primaria de economía doméstica (1830-1950)
En aquella época, la producción agrícola, pecuaria y pesquera, configuran la existencia de una economía de base primaria, de autoconsumo y de subsistencia, en donde los escasos volúmenes de producción respondían tanto a las necesidades primarias propias de su población, como al natural intercambio comercial interno vecindario. No obstante, esta afirmación no implica la negación de la importancia de algunos productos como el cacao que se producía y comercializaba hacia Guayaquil.
En los primeros años de la República, caracterizada por los intentos de construcción y organización del Estado nacional, donde se daba el posicionamiento de la naciente burguesía comercial y bancaria establecida en Guayaquil, la economía del Cantón Santa Rosa, en un documento para justificar su intención de ser designada capital provincial, se dibujaba así:
…en su posición topográfica privilegiada, su hermosa población, su puerto de Jambelí y por tener intereses mercantiles superiores, acotando, que el comercio que sostiene Santa Rosa con Guayaquil los pueblos del Perú son activos y deja ingresos considerables. Los productos naturales que exporta son cacao, café arroz, tabaco, suelas, maderas de construcción, caucho y maíz (Astudillo, 2022, p. 38).
Se puede señalar que existió la recolección de frutas tropicales, pues, no eran cultivadas, sino que existían como parte de la flora, entre ellas estaban: naranjas, mandarinas, zapotes, guayabas, ciruelas, cerezas, grosella, poma rosa, guabas (guama, pepeto o inga), pechiche (Vitex gigantea Kunth), fruta de pan (mazapán, vijahoo o panapén), etc. También se recolectaba higuerilla (ricinus comunes) y chivila (palma real o attalea colenda), ambas para la fabricación de aceites comestibles y otras aplicaciones particularmente para productos sintéticos.
Ahora bien, la existencia de bosques en la Provincia de El Oro ha sido permanente. La mancha silvícola está presente en diferentes pisos climáticos, desde el tropical seco al tropical húmedo. Particularmente en los bosques de la jurisdicción del Cantón Santa Rosa, se encontraban maderas como: guayacán, cedro, algarrobo, guachapelí, pechiche, laurel y sota. En los bosques maderables existía también abundantes árboles de balsa, madera consistente y a la vez liviana, que –en su debido momento– fue talada en importantes cantidades para abastecer la demanda coyuntural asociada a necesidades industriales.
En torno a la explotación de la madera se montaban aserríos móviles en las áreas de tala. En el área urbana también se montaron aserríos que utilizaban maquinaria. La explotación de la madera fue para diversos usos: construcción de casas y muebles. Se tiene conocimiento que el tendido de la red ferroviaria, que comunicaba Puerto Bolívar, Machala, Pasaje, Santa Rosa, Arenillas y Piedras, las maderas resistentes se utilizaron en los durmientes. Así mismo, por la existencia de abundante “manchas” de caña guadúa en terrenos de propiedades privadas y baldías, se explotaba la caña para la construcción de casas, cercos y otros usos auxiliares.
Por otro lado, el comercio se convierte en una actividad importante en esta época, puesto que permite la interrelación e integración de los espacios micro regionales en base al intercambio de productos primarios, que configuraron una actividad agrícola y pecuaria básica y complementaria. Los caminos de herradura, los cauces de los ríos, esteros y el mar, facilitaron el desarrollo del comercio. Puerto Pital, en el río Santa Rosa, se convirtió en un espacio integrador y concentrador del flujo comercial micro regional e interregional, un punto clave y estratégico de conectividad en la venta e intercambio comercial (Astudillo & Mora, 2003).
En el inicio del periodo republicano, Inglaterra, que lideraba el naciente desarrollo industrial, tenía hegemonía en el comercio mundial al que estaba articulada la economía ecuatoriana, en cuyo contexto, la Provincia de El Oro se vincula al sistema económico nacional con la extracción y exportación de oro. El mineral era explotado en las minas de Portovelo por parte de la empresa inglesa Englis Zaruma Gold Mining Company y posteriormente la South American Development Co. (SADCO), de origen norteamericano. En este proceso extractivo y de exportación, que duró hasta 1950, Santa Rosa con su puerto La Emerenciana y, posteriormente Jelí, se constituirían en centro de acopio y movilización de la mercancía mineral hacia mercado internacional con enlace en el puerto de Guayaquil.
Además de esta economía de subsistencia, tenemos que, en las haciendas de Santa Rosa, al igual que en los territorios de los actuales cantones Machala, Pasaje y El Guabo, también se producía cacao. Este producto se transportaba en pequeñas embarcaciones a través del canal de Jambelí hacia Puná y Guayaquil y –de ahí– al exterior: Europa y Estados Unidos.
Vale destacar, que la actividad agrícola y comercial alrededor del cacao, estimula el desarrollo de la infraestructura de comunicación vial en la Provincia de El Oro, particularmente, carrozables, férrea y portuaria, donde Santa Rosa es el centro geográfico de un tejido de relaciones comerciales a nivel regional, involucrando los territorios de las provincias: El Oro, Guayas, Azuay y Loja. Sobre el particular, es menester recordar que, en Machala, específicamente en Puerto Bolívar, el año 1902, inicia, junto al ferrocarril, que comenzó a operar del Muelle Municipal de Cabotaje, constituyéndose en un importante enlace de transporte entre El Oro y Guayas. Las carreteras y el ferrocarril llegaban a Puerto Bolívar; y –posteriormente– vía marítima salía la producción hacia Guayaquil, punto de conexión hacia el mercado internacional.
Etapa agroexportadora
En la economía del Cantón Santa Rosa encontramos la denominada fase agrícola orientada a la exportación, que operativamente se la ubica en el periodo que va del año 1950 hasta el año 2000 y subsiguientes. En este periodo se registran subfases como consecuencia de la dinámica que imprime la articulación de la economía nacional, al mercado internacional, y se expresa como continuidad de la inicial matriz agrícola predominante desde el comienzo de la vida republicana. Vale destacar que en la Provincia de El Oro existen varios pisos climáticos y –en consecuencia, de aquello– existen diversas áreas territoriales en nichos productivos:
Cuando se produjo el agotamiento de los yacimientos de oro de Portovelo y por el exterminio de grandes masas de trabajadores indígenas debido a los sistemas extenuantes de trabajo imperantes en las minas, la actividad extractiva dejó de ser rentable, de ahí que empezó a cobrar una significativa importancia la agricultura especialmente de exportación como el café, el cacao, el tabaco, el plátano, la tagua (Moncada, 2003, p. 22).
Visto así, Santa Rosa –como territorio– se inscribe en ese movimiento de cambio en el núcleo productivo. Pero la economía, al reorientarse hacia la producción agrícola, no dejó del todo a la minería. A partir de 1980, como una derivación del esquema administrativo estatal, la Dirección Nacional de Minería (DINAMI), de ese entonces, asume la responsabilidad del control de la actividad minera, lo cual le imprime un nuevo impulso a la explotación de oro. Las nuevas regulaciones estatales motivan a exploradores individuales y asociados, formales e informales, a retomar esta actividad, que ahora no solo se concentra en la parte alta de la provincia, sino que incorpora a zonas de algunos cantones de la parte baja: Santa Rosa, Pasaje, El Guabo y Arenillas. En Santa Rosa existen concesiones mineras en el sector de Byron Valle Hermoso, Bellamaría y Torata.
En cuanto a la actividad cafetalera
En la parte alta de la provincia, por sus características climatológicas, particularmente en lo que hoy son los cantones de Balsas, Piñas y Zaruma, se desarrolló la producción cafetalera, que se mantuvo como una actividad fundamental hasta la década del 80. El cultivo también se extiende, aunque con menor representación, a los cantones de la parte baja: Pasaje, Arenillas, Las Lajas, Santa Rosa y El Guabo. De hecho, la existencia de plantaciones de café, con variedades de poca productividad, entra en decadencia debido a la presencia de plagas y a la tendencia decreciente del precio del café en los mercados internacionales.
En el marco de la competencia internacional, las prácticas de cultivo y los sistemas de comercialización hacen que la producción de café disminuya drásticamente. En Santa Rosa, la producción de café se dio en relativa intensidad en las parroquias La Victoria, Bella María, Avanzada y Torata. Tal era la importancia económica de este producto que en Santa Rosa –hasta el año 1970– existieron 3 peladoras de café. Frente a otros cultivos, la rentabilidad de este es baja, razón por la cual pasa a ser una actividad marginal en el contexto de la producción agrícola local.
En cuanto a la actividad cacaotera
La zona baja de la Provincia de El Oro, por condiciones climáticas y de composición de suelo, se ha caracterizado por ser un importante centro productor de cacao, que –como está indicado– se remonta a la época colonial, pero que se consolida en la época republicana cuando la economía nacional se inserta con mayor participación en el esquema del comercio internacional, que requiere de productos agrícolas. Por ejemplo, la demanda internacional de cacao y sus precios incrementa las plantaciones en número y área. Las principales haciendas ubicadas en Machala, Pasaje, Santa Rosa y El Guabo contribuyeron significativamente a la producción nacional, caracterizada por un verdadero auge y bonanza económica.
Posteriormente, la producción de cacao entra en un periodo de crisis que se inició en 1920, por la presencia de nuevos competidores a nivel mundial y la aparición de dos plagas: la escoba de la bruja y la monilla; debido a esta eventualidad, la crisis cacaotera impulsó a los agricultores orenses a diversificar sus explotaciones y alentar la producción de café, arroz, cascarilla, palo de balsa, entre otros (Moncada, 2003). Después de esta crisis que duró más de dos décadas, la producción de cacao se ha ido recuperando y, en consecuencia, la Provincia de El Oro continúa siendo un importante territorio productor de cacao.
En cuanto a la actividad bananera
A partir de 1950 la estructura productiva de la Provincia de El Oro sufre un cambio significativo como consecuencia de la incorporación de un nuevo producto agrícola: el banano, como nuevo eje de acumulación capitalista, cuya producción desplaza en importancia a las actividades tradicionales, minería y producción de café, en la parte alta; y producción de cacao, en la parte baja.
La incorporación del banano como producto importante en el perfil productivo provincial está vinculado a las iniciativas individuales, ante la demanda del mercado internacional en el esquema de abastecimiento de productos agrícolas. En efecto, la actividad bananera fue estimulada por la presencia de las compañías trasnacionales United Fruit y Frutera Sudamericana, que –aunque no asentadas en la Provincia de El Oro– por su cercanía influenciaba al sector productivo agrícola orense, al ser evidente los éxitos en la producción y exportación, que venían registrando en sus operaciones en Tenguel y Balao de la provincia del Guayas (Rodríguez, 1993). Ya en 1960, debido a los cambios experimentados en el mercado internacional del banano y por razones climatológicas y de localización geográfica, la Provincia de El Oro pasa a convertirse en el mayor centro productor de banano del país.
En la lógica de reproducción del capital, la importancia de la producción bananera en la economía de la provincia y, por ende, del Cantón Santa Rosa, determina que se dé una transferencia del capital agrícola al capital financiero, como es la fundación del Banco de Machala. Esta entidad bancaria fue creada el 16 de julio de 1962, a decir de sus accionistas, para fomentar diversas actividades productivas y de servicio de la Provincia de El Oro. No es una simple transferencia de capital, sino que, la naciente entidad bancaria, es la expresión de la dinámica de acumulación capitalista. Al respecto:
Los agroproductores mercantiles de El Oro acumulan y utilizan sus excedentes para continuar con la línea del desarrollo de la agroexportación bananera y de la economía local (…) Los agroproductores devienen en banqueros se produce una fusión simbiosis entre la economía Agromercantil bananera y el servicio bancario y financiero. Es decir, en esas 2 décadas (1962 a 1982) se produce una importante articulación intersectoriales de ellos que termina enriqueciendo e impulsando el desarrollo local (Paredes, 2012, p. 30).
En 1969 se registra un hito en el desarrollo social y cultural de la provincia, la creación de la Universidad Técnica de Machala como apoyo a la producción primaria, con la Facultad de Agronomía y Veterinaria. El nuevo giro de la economía y la necesidad de facilitar la transportación marítima al mercado internacional, entre los años 1964 y 1968, se construye el muelle de espigón de Puerto Bolívar. El Estado se asimila a esa dinámica y en el año 1970 se crea la Autoridad Portuaria de Puerto Bolívar, organismo encargado de la operación y administración del Puerto Marítimo Internacional, mediante Decreto Ejecutivo No. 1043 del 28 de diciembre de 1970, firmado por el Dr. José María Velasco Ibarra y publicado en el decreto 147 de enero 22 de 1971.
Las operaciones se inician en marzo 5 de 1971. Posteriormente en el año 1984, se incrementa el área de atraque con la construcción de un nuevo muelle adicional de 360 metros de largo, que –junto al antiguo– permite el atraque simultáneo de cuatro buques. La infraestructura va a la par de la dinámica productiva. En Santa Rosa, la actividad bananera se incentivó en correspondencia a la importancia de ingresos económicos para los propietarios de fincas y la posibilidad de incrementar el empleo. Varias e importantes áreas se incorporaron a la producción de banano, el cual se trasladada en racimos desde las fincas hasta la confluencia del río Buenavista y río Santa Rosa en el sitio Puerto Pital, desde donde, en lanchones sin propulsión motorizada que medían hasta 12 metros, se enviaba hacia puerto Bolívar por el canal de Jambelí. Los lanchones, hasta un número de tres, eran halados por pequeños barcos remolcadores.
La dinámica generada por la producción y comercialización del banano multiplicó las actividades colaterales al proceso productivo inherente. Surgen necesariamente actividades relacionadas al control fitosanitarios (fumigación aérea), empaque, transporte y comercialización. Todo esto, en definitiva, actuó como factor de atracción de mano de obra, provocando un acelerado crecimiento demográfico en la provincia y, además, convirtió a su capital, Machala, en una de las ciudades de más rápido crecimiento en el país. Otros centros urbanos de la provincia como Pasaje, Santa Rosa y El Guabo experimentan también crecimientos demográficos significativos. A raíz de este crecimiento económico y demográfico, promovido por la producción y exportación de banano, la Provincia de El Oro fue calificada por los organismos de planificación del Estado como un “polo de crecimiento” de la economía nacional.
En cuanto a la actividad tabacalera
Dada las condiciones ecológicas, en términos climáticos, así como por la composición del suelo, en la Provincia de El Oro cobra relativa importancia el cultivo de tabaco. Tenemos registros de producción de tabaco en el territorio de Santa Rosa. “Ecuador, en los primeros años del siglo XX, lo incluyó entre sus rubros de exportación. La Provincia de El Oro adquirió fama con sus plantaciones que cubrían las vegas de Santa Rosa y Arenillas” (Madero, 2018, p. 6). Esta actividad estaría vigente hasta los primeros años de la segunda mitad de la década de 1960, en correspondencia a las exigencias de materias primas tanto para el mercado interno como externo, su calidad era buena y se conocía como “tabaco de Arenillas”.
En Santa Rosa el cultivo de tabaco fue promovido por empresas tabacaleras instaladas en la ciudad de Guayaquil, se concentró en los sitios: El Quemado, La Quebrada, Las Cañas, Jumón, San Jacinto, San Antonio, El Sauce y San Agustín, se convirtieron en zonas tabacaleras. Muchos agricultores se dedicaron a esta actividad que generaba trabajo en las fases de preparación de terreno, cultivo, secado, prensado y empacado, así como también en la transportación. Esta actividad generó oportunidades laborales para muchas mujeres en las fases de cosecha, fermentación, secado y prensado inicial.
En el centro urbano existía una prensadora, de madera y de fabricación artesanal, que compactaba las hojas de tabaco para hacer pacas en sacos de yute, que se enviaban por vía marítima desde Puerto Jelí a Guayaquil. Esta empacadora de tabaco, importante por el volumen de producción, fue de propiedad del señor José Félix García Gómez y funcionó hasta 1968. La producción de tabaco se extinguió, entre otros factores, por las limitaciones que ponían el estanco nacional y la importancia económica que significaba producir banano.
En cuanto a la actividad camaronera
A finales de la década de los 60 e inicio de la década de los 70, del siglo XX, aparece en la estructura productiva de la Provincia de El Oro la crianza de camarones en cautiverio, dando nuevos impulsos a la economía orense. La producción de camarón en cautiverio surgió, luego de varios experimentos, en el Cantón Santa Rosa y posteriormente esta se expandió de forma rápida por toda la costa ecuatoriana, constituyéndose en una de las principales actividades generadoras de empleo y divisas. La producción de camarón se inicia con ensayos experimentales, fracasos y aprendizajes, poca tecnología y bases científicas, en pampas salinas o salitrales (Grunauer, 2017). Por su rentabilidad se amplía a tierras agrícolas y manglares. Posteriormente la academia como la ESPOL y la Universidad Técnica de Machala darán pautas científicas y metodológicas a esta actividad.
Si bien esta actividad dio un significativo impulso a la economía provincial, no es menos cierto que el desarrollo de la industria camaronera ha ido acompañado de la pérdida de buena parte del ecosistema manglar. En ese sentido, se puede afirmar que, la actividad camaronera en gran escala que se produce en el espacio provincial tiene su base en la rotación del capital en su dinámica de acumulación.
En efecto, la producción y exportación bananera genera un excedente que es destinado a la reinversión en nuevas áreas de actividad económica. Este nuevo hecho productivo permite una moderada diversificación en la producción da un nuevo impulso al fortalecimiento de la economía provincial y, al mismo tiempo, contribuye a su posicionamiento en el escenario económico regional y nacional.
Entre los años 1980 y 1984, la producción de camarón tuvo significación económica importante. A partir de 1985 hasta mediados de los noventa, se multiplicaron las empresas que invirtieron en la construcción de piscinas: se crearon plantas empacadoras, fábricas de balanceado, fábricas de hielo para la conservación y transporte y laboratorios. Así mismo, se había establecido una cadena de comercialización de maquinarias e insumos para la actividad camaronera. Y, como consecuencia, se incrementó el empleo de mano de obra directa e indirecta, calificada y semi calificada.
La crisis del camarón llegó a finales de los noventa, como consecuencia del virus de la mancha blanca, lo que provocó una caída en la producción. La academia volvió a su auxilio y se ensayaron métodos de cultivos, preparación, monitoreo que lograron mejores índices de supervivencia. Para mediados del año 2000, la productividad se recupera y se nivela el rendimiento, al tiempo que el Estado ecuatoriano mejoraba las regulaciones de su producción, concesiones y control ambiental.
Fase de diversificación y modernización productiva
En consonancia con la evolución del Estado, la modernización y los procesos de descentralización también influyen en la economía local: se socializaron las modernizaciones. Esta etapa de análisis va desde el año 2000 hasta el año 2020. A esta etapa se la denomina de modernización productiva, por la incorporación de mayor tecnología tanto a los procesos productivos, como a los procesos administrativos en la cadena de circulación de mercancías; y particularmente, por contar con una potente infraestructura coadyuvante al crecimiento económico.
Este aspecto, se inscribe en la caracterización a nivel del territorio provincial, ya que actúa como cobertura del desarrollo de la economía local del Cantón Santa Rosa, en tanto su dinámica le es pertinente en la medida que participa de ésta como parte constitutiva y de significativa influencia. La denominación de esta fase deviene de la multiplicación de actividades productivas, con dinamismo en su crecimiento e importancia económica; y modernización, por la incorporación de la innovación tecnológica a los procesos de producción.
A partir del año 2000, la economía de la Provincia de El Oro sigue siendo –en lo fundamental– de base primaria exportadora, con cierta reorientación hacia la diversificación de actividades económicas, que –en términos generales– no suponen necesariamente una ruptura con el modelo agrominero - exportador, en tanto muchas actividades se encuentran vinculados a este. Alrededor de estas labores se registra un incremento en otros trabajos, como el comercio, las finanzas y los servicios. A estas actividades debe agregarse el comercio informal, que asimila una buena parte de la PEA:
Ecuador es uno de los principales productores y exportadores de banano de alta calidad en el mundo, cumpliendo estándares de mercados muy exigentes como la Unión Europea y los Estados Unidos, así como los requisitos de certificación para asegurar el cumplimiento de las normas sociales y ambientales (Ministerio de Comercio Exterior del Ecuador, 2017, p. 21).
De acuerdo con estos planteamientos del Ministerio de Comercio Exterior, la actividad bananera en la provincia de El Oro sigue siendo de importancia económica. Según estadísticas de INEC-ESPAC, para el año 2021 en la Provincia de El Oro existen 41.170 has de cultivo de banano, que representa el 22% de la del área de cultivo a nivel nacional 164.080 hectáreas, con un rendimiento de 36.49 TM/HAS (Subgerencia de Análisis de Productos y Servicios CFN-BP, 2023). Se estima que el área dedicada a este cultivo, particularmente en los cantones Machala, Pasaje, El Guabo, Santa Rosa y Arenillas, genera ingresos por 1000 millones de dólares anuales (Yagual, 2023).
En la Provincia de El Oro existen 2375 unidades de producción bananera que representa el 41.39 % de las que se encuentran registradas en el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Caza, Silvicultura y Pesca. Igualmente, la provincia genera el 27% del volumen que se exporta (El Comercio, 2017). En términos de empleo, esta actividad asimila para su operación un significativo número de personas en las diversas fases que implica su producción: siembra, mantenimiento del cultivo, cosecha, empaque y transportación.
La producción de banano en el Cantón Santa Rosa es una de las actividades con mayor atracción para los propietarios de fincas. En términos espaciales comprende las zonas río Negro-Pedregal, La Victoria, Santa Rosa – Caluguro, Jumón y sitios aledaños a las riveras del río Arenillas. Se encuentran registradas 709 fincas con una superficie de 5.930 has (GAD Municipal de Santa Rosa, 2019).
Es importante destacar, desde el punto de vista laboral que, obedeciendo a las regulaciones sociales, ambientales e institucionales, no se permite el trabajo infantil. Esto, además, forma parte del compromiso del sector bananero acerca del impedimento del trabajo infantil según lo estableció la institución denominada Foro Social Bananero, constituida por organismos públicos y privados y creados para mejorar las condiciones sociales y ambientales en el sector. Además, esta circunstancia se encuentra alineada con el proyecto social para la erradicación del trabajo infantil en bananeras, bajo control del Ministerio del Trabajo (Ministerio de Comercio Exterior del Ecuador, 2017).
Por otra parte, la actividad camaronera sigue siendo de importancia económica para la Provincia de El Oro, en consonancia al crecimiento de las exportaciones de camarón a nivel nacional, cuyo volumen siguió incrementándose significativamente, pues, en el año 2021 subió a 5.3 miles de TM, superior al 39% respecto al año anterior (Corporación Financiera Nacional BP, 2022). La importancia económica de este producto –por cobertura geográfica– involucra al Cantón Santa Rosa particularmente, que como está señalado anteriormente, en este se inició la actividad camaronera.
Para el año 2021, en la Provincia de El Oro existen 40386 hectáreas de camaroneras, representando el 18.79% del total nacional (Puma, 2021). En el conjunto de subactividades de este producto: Explotación de criaderos de camarón, preparación, conservación y elaboración de productos de camarón y langostinos y venta por mayor de camarón y langostinos, en la Provincia de El Oro existen 396 empresas entre grandes, medianas y pequeñas, que generan de manera directa 19.072 plazas de empleo, donde el 90.4 % pertenece a la explotación de criaderos de camarón (Corporación Financiera Nacional BP, 2022).
En efecto, en su cadena productiva, la actividad camaronera genera plazas de trabajo, ya que se trata de una actividad que emplea personas en la producción y mantenimiento de piscina, alimentación, aireación, empaque, transporte, comercialización y otros elementos como: laboratorios, seguridad y asistencia técnica permanente. De esta manera, es significativa esta actividad, en cuanto a la generación de plazas de trabajo y multiplicación de rubros de la economía e ingresos fiscales.
La producción camaronera, sin duda es relevante para el Cantón Santa Rosa ya que la superficie destinada al cultivo de camarón es de 13.048.56 has, de las cuales el 87% están ubicadas en la Parroquia Jambelí y el 12 .44 % está en la parroquia Santa Rosa, particularmente en Puerto Jelí y Jumón (GAD Municipal de Santa Rosa, 2019). En Santa Rosa se celebra anualmente, a partir del 9 de julio 2012, la Feria Nacional del Langostino al ser declarada Capital Camaronera, como estímulo y motivación a las empresas que se dedican al cultivo de camarón en piscinas. En términos generales, la producción camaronera ha incorporado muchos elementos de innovación tecnológica que elevan la productividad y controlan la contaminación ambiental.
Por su parte, la importancia económica de la actividad cacaotera en la Provincia de El Oro, corre paralelamente a los movimientos de esta actividad a nivel nacional. En el año 2022, el área cacaotera de Ecuador fue de 509.140 has, con una producción de 403.500 TM (Corporación Financiera Nacional BP, 2023). La producción de cacao en la Provincia de El Oro registra importantes volúmenes debido a las estrategias desde el Estado para la recuperación de las plantaciones de cacao, con la incorporación de nuevas áreas, ya sean solas o asociadas a otros cultivos, sustitución de variedades y siembra de nuevas plantas. Desde el sector privado, el incremento de área de producción de cacao se debe a la necesidad de reinversión de capital, originado en la actividad bananera que encuentra dificultades de ampliar el área de plantaciones de banano, por las regulaciones del Estado que tratan de evitar el monocultivo.
Con el incremento de la producción de banano, que en determinado momento se convirtió en auge, muchas fincas cacaoteras se derribaron para cultivar banano; sin embargo, por el mejoramiento de los precios del cacao en el mercado y las limitaciones para la expansión del área bananera, ya señaladas, se retoma la actividad de cultivo de cacao. Para 2019 existen 11.316 has de cacao plantado solo o asociado, con una producción de 5.930 TM (Castro, 2020).
En Santa Rosa es evidente la vuelta al cultivo de cacao en algunos sectores tales como: Valle Hermoso, Río Negro, Vega Rivera, la Avanzada, Bellavista y Comunas Rivereñas según el Registro Catastral Rural del GAD Municipal de Santa Rosa. En el año 2020 se extienden a 1642 upas dedicadas al cultivo de cacao con una superficie de 5929.94 has (GAD Municipal de Santa Rosa, 2019). Al respecto existe la Fundación Maquita, que trabaja incentivando y capacitando a comunidades y organizaciones de base, para la producción de cacao orgánico con fines de exportación. También hay otras iniciativas privadas para captar la producción de cacao y darle valor agregado a nivel de semielaborados para la exportación, entre ellas, la Planta de elaboración de pasta de cacao “Durán” en la parroquia Bellavista.
Por otra parte, la actividad minera no ha perdido importancia en la economía del Cantón Santa Rosa, pues existen sitios mineros como Quebrada de Las Pluas, Río San Agustín, Birón, Bijagual, Río Caluguro, El Recreo, Valle Hermoso y El Guayabo, sitios donde se dan explotaciones de minería artesanal de pequeña escala (MAPE), supervisadas por la ARCOM; es decir, cuentan con concesiones otorgadas por el Estado.
El organismo que actualmente realiza control minero es la agencia de regulación y control minero ARCOM, con funciones de inspección, auditoría, intervención, sanción y actúa en los sitios mineros donde se desarrollan las unidades económicas de minería artesanal y de pequeña escala (MAPE). Ahora el esquema productivo minero, en el aspecto organizacional, está orientado a la empresa moderna y existen compañías que han introducido innovaciones tecnológicas, y han adoptado medidas para reducir o mitigar el impacto ambiental que ocasionan la explotación de los minerales.
Vale puntualizar que –en la actualidad– la minería se mantiene como actividad principal, gracias al mejoramiento de los precios del mineral oro en el mercado internacional y a los procesos de innovación tecnológica que se incorporan a los métodos de exploración y explotación, como también a las nuevas regulaciones del Estado en el ámbito de las concesiones y control ambiental. En el esquema administrativo de regulación minera, Santa Rosa es un sitio minero perteneciente a la zona 7, que es considerada el asentamiento minero más antiguo del país (Ministerio del Ambiente Ecuador, Fmam, ONUDI, Artesanal gold counti, 2020).
Según ARCOM, en el Cantón Santa Rosa –al año 2020–, existen 50 concesiones mineras que abarcan un área de 12.936.96 has para la explotación de minerales metálicos: oro, plata, cobre y no metálicos: arena piedra, arcilla (GAD Municipal de Santa Rosa, 2019). La ganadería ha sido impulsada por la existencia de tierra para pastizales naturales o cultivados con aproximadamente 20.000 has para una población ganadera de 18.581 cabezas de ganado. En esta actividad, se ha venido incrementando la población y mejorando los hatos ganaderos con nuevas razas, entre otras: Brahmán, Brown Swiss y Holstein (GAD Municipal de Santa Rosa, 2019).
En la actividad de transporte, se debe resaltar tres hechos significativos que han impulsado los procesos de desarrollo, producción e integración: La inauguración el 26 de enero del 2010 del aeropuerto regional de Santa Rosa, con una pista de aterrizaje de 2400 metros de longitud y 45 metros de ancho, con espesor de calzada asfáltica de 6 pulgadas; y construida a un costo de 47.2 millones de dólares USA, por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército (Macas, 2010); Construcción a un costo de 7 millones dólares USA, del Terminal Terrestre Binacional y que inició su operación el 7 de enero 2016; (Dirección de Comunicación del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, 2016) y construcción de las carreteras Santa Rosa - Y de Corralito, Santa Rosa - Bellavista, la Avanzada - Arenillas, la Avanzada – Zaracay, así como también la construcción del puente sobre el Río Pital. Además, se ha incrementado el parque automotor, tanto privado como de servicio público para transportación de pasajeros y de carga (Dirección de Comunicación del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, 2016).
En cuanto al sector servicio, en función de la producción, en la Provincia de El Oro se han incrementado las instituciones financieras a nivel de bancos, cooperativas y financieras. Al respecto, existen tres sucursales de bancos nacionales: Banco del Pichincha; Banco de Machala y el Banco del Austro. Se cuenta con un punto de servicios del Banco General Rumiñahui en el Batallón Imbabura, seis cooperativas de Ahorro y Crédito: Santa Rosa Ltda., (Principal); Juventud Ecuatoriana Progresista JEP (Agencia); Cooperativa 11 de junio Ltda., (Agencia); Cooperativa Biblián (Agencia); Cooperativa Jardín Azuayo (Agencia), y; Cooperativa Manuel Esteban Godoy Ortega CoopMego (Agencia). Además, existe una agencia financiera de microfinanzas auspiciada por una fundación para apoyar pequeños emprendimientos denominada FACES.
Por estar ubicada en el centro geográfico del espacio provincial, el Cantón Santa Rosa es el centro de intercepción de algunos ejes viales, constituyéndose un importante punto de encuentro en la comercialización de productos y artículos con las provincias de Guayas, Azuay, Loja y el norte de la república de Perú. Al interior del espacio territorial de la provincia de El Oro, se conecta con Machala, Pasaje, Arenillas, Huaquillas, El Guabo y los cantones de la parte alta: Piñas, Zaruma y Atahualpa. Por este hecho, el comercio se ha multiplicado en volumen y diversificación.
Igualmente, la modernización ha introducido importantes cambios en el sector servicios, pues, algunas subactividades se han incrementado en tanto ofertas de servicio y mano de obra. Ejemplo de aquello es la oferta del servicio de comunicación por redes, donde varias empresas se han instalado para prestar este tipo de servicio. Aunado a esto, la construcción ha ganado terreno convirtiéndose en una rama de actividad significativa, al vincularla al crecimiento del espacio urbano y a la obra pública vial e infraestructura diversa. Otras actividades que se derivan de la dinámica de la modernización productiva y de servicios, es la estructuración de cooperativas de taxis y servicio de tricimotos para conexión espacial del centro con áreas periféricas urbanas.
Conclusiones
Tal como se ha podido observar en esta aproximación sociohistórica –la realidad de Ecuador– como nación está inserta en un conjunto de relaciones globales que terminan por inducir los derroteros de sus diferentes territorios, regionales y locales. Por esto, es imposible intentar analizar un contexto particular, como es el Cantón Santa Rosa, sin partir de esa perspectiva holística en la que subyacen los rasgos generales de un país multiétnico y pluricultural, forjado a la luz de diversas transformaciones en cada uno de sus ámbitos.
En tal sentido, la evolución de la economía productiva del Cantón Santa Rosa ha estado ligada a los acontecimientos que se desarrollan en el contexto de la provincia y del país, los cuales permean estos espacios locales, tanto desde el punto de vista social como político y económico. Sin duda, esa mirada histórica integral permite constatar cómo cada uno de los periodos temporales en que se puede dividir esa evolución dialéctica, mantiene estrechas relaciones con la estructura económica de Ecuador dentro de un sistema internacional de mercado. Esta evolución es dinámica y su movimiento responde al grado de inserción del país a las matrices del comercio global, regido por las relaciones dentro del esquema de división internacional del trabajo.
Desde la etapa primaria de economía doméstica, cuyos albores son situados en 1830, hasta la actualidad, la historia socioproductiva del país y sus cantones mantiene un ritmo evolutivo que se mueve en constante conexión con la realidad mundial. En ese orden de ideas, se puede afirmar que los diferentes actores que intervienen en la dinámica económica del cantón, tienen perfiles diversos y han ido adecuando los mismos a las exigencias de ese entorno cambiante; pues, de lo contrario, sería muy difícil de seguir teniendo vigencia en la construcción de un aparato productivo sostenible y sustentable. Al respecto, está claro que esos actores evolucionan en la misma medida en que los procesos económicos se complejizan.
A pesar de registrarse modernización en las actividades económicas productivas del Cantón Santa Rosa, la base productiva no ha llegado a la industrialización. Todo cambio ha girado en torno a la dinámica propia de la acumulación capitalista, así como también por el impulso de la cobertura del esquema administrativo estatal y las posibilidades de concreción de líneas de acción, de los planes de desarrollo estratégico del GAD Municipal y GAD Provincial y, no menos importante, por la iniciativa de la inversión privada.
Este último punto es importante, porque –en un mundo tan convulso como el que están enfrentando los países de esta parte del mundo– se requiere que las posiciones respecto a los modelos de desarrollo económico se alejen de cualquier atavismo ideológico. Se necesitan iniciativas gubernamentales objetivas que no conviertan la acción del Estado en un ejercicio de colaboración o de amistad. Lo que debe prevalecer es el esfuerzo estatal en cohesión con las empresas y entes del comercio internacional, para que las políticas públicas impacten positivamente a toda la población.
En el contexto específico del Cantón Santa Rosa, es importante mantener la iniciativa de recuperación o fortalecimiento de la producción de cacao, que ha venido siendo parte de las políticas socio productivas del Estado para esta zona. Esa realidad en un rubro concreto se puede ir articulando a otros que, en la medida en que se robustece la economía local, pueden ir encontrando nuevas oportunidades para resurgir.
Referencias Bibliográficas
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